La mediación y la resolución de conflictos son campos fundamentales en cualquier sociedad y cada día surgen nuevos enfoques para abordar estas situaciones de manera más eficaz. Uno de los métodos más reconocidos y aplicados en este ámbito es el modelo lineal de Harvard.
¿Has oído hablar de él? Quizá ya lo conozcas, pero en este artículo vamos a explicártelo en profundidad para que entiendas cómo puede ayudarte, tanto en la vida personal como en el ámbito profesional.
¿Qué es el modelo lineal de Harvard?
El modelo lineal de Harvard es una metodología de negociación y resolución de conflictos que se ha convertido en un referente en el ámbito de la mediación. Fue desarrollado en la Universidad de Harvard por un equipo de expertos en negociación que buscaban un método que fuera tanto práctico como teóricamente sólido.
Este modelo se caracteriza por su enfoque estructurado (se compone de distintas fases) y lineal (estas fases se van cubriendo de manera secuencial). Mediante esta secuencia clara de pasos se guía a las partes en conflicto hacia una solución mutuamente beneficiosa.
A diferencia de otros enfoques de negociación, el modelo de Harvard pone gran énfasis en la preparación, la identificación de intereses comunes y la búsqueda de soluciones basadas en principios.
¿Cómo funciona el modelo tradicional lineal de Harvard?
Veamos a continuación cuáles son las sucesivas etapas de este modelo de negociación.
Preparación y planificación
El primer paso consiste en la preparación. En esta fase cada parte involucrada en el conflicto debe identificar sus propios intereses y necesidades. Pero no se trata solo de pensar en lo que queremos obtener, sino también de entender las preocupaciones y expectativas de la otra parte.
La clave aquí es la información. Cuanto más sepamos sobre la otra parte, mejor preparados estaremos para encontrar puntos en común. Además, en esta fase también se establecen los objetivos de la negociación, lo que nos permitirá medir si el proceso ha sido exitoso o no.
Identificación de intereses
Una vez que hemos hecho nuestros deberes en la fase de preparación, el siguiente paso en el modelo lineal de Harvard es identificar los intereses de la otra parte. En la terminología de este modelo, los intereses son las razones subyacentes que motivan a las partes, no las posiciones que adoptan en la negociación, que serían lo que piden de manera expresa para resolver el conflicto.
Por ejemplo, si dos personas están discutiendo sobre quién debe quedarse con una oficina, las posiciones serían «quiero esta oficina», pero los intereses podrían ser «necesito un espacio tranquilo para concentrarme» o «me gustaría estar cerca de mi equipo de trabajo». Los intereses suelen responder al “¿por qué?” y “¿para qué?” de las posiciones.
Generación de opciones
Llegamos a la fase creativa del modelo tradicional lineal de Harvard. Aquí, ambas partes deben trabajar juntas para generar una nueva y amplia gama de opciones posibles, que puedan satisfacer los intereses identificados previamente.
Es importante no descartar ninguna idea en esta fase, por más descabellada que parezca. A veces, las soluciones más inesperadas son las que mejor funcionan. Además, esta etapa refuerza la colaboración y ayuda a crear un ambiente de confianza.
Evaluación de opciones y selección de la mejor solución
Una vez que hemos generado suficientes opciones, el siguiente paso es evaluarlas. En este modelo se aconseja analizar cada opción en función de su viabilidad, equidad y capacidad para satisfacer los intereses de ambas partes.
Este tipo de evaluación marca una gran diferencia con otros enfoques de negociación, que se basan en la fuerza, la presión, el poder, …En el modelo de Harvard se evalúan en función de principios o criterios objetivos, que garantizan un beneficio mutuo. Esto hace que la solución final sea más sostenible y aceptable para todos, lo que la convertirá en muy satisfactoria.
La diferencia entre las nuevas opciones generadas en un proceso de mediación y las soluciones planteadas con anterioridad a la misma o incluso en otras vías de resolución, es éstas solo resuelven el problema para una u otra parte, mientras que las opciones surgidas de la mediación tienen la potencialidad de resolverlo para ambas.
Negociación y acuerdo final
Finalmente, después de evaluar las opciones, llegamos a la fase de negociación en sí. En este punto, las partes discuten las opciones seleccionadas y trabajan juntas para llegar a un acuerdo final sobre cuál de ellas es la mejor para uno y otro.
El modelo lineal de Harvard sugiere que el acuerdo debe ser claro, específico y basado en los principios establecidos durante la evaluación. Esto garantiza que ambas partes se sientan comprometidas con el resultado y reduce las posibilidades de futuros incumplimientos y nuevos conflictos.
¿Por qué es tan efectivo el modelo lineal de Harvard?
El éxito del modelo lineal de Harvard radica en su enfoque estructurado y basado en principios. No se trata solo de ganar o perder, sino de encontrar soluciones que beneficien a ambas partes. Además, su énfasis en la preparación y la comprensión de los mutuos intereses, lo convierte en un método sólido para resolver conflictos complejos.
¿En qué situaciones se puede aplicar el modelo lineal de Harvard?
El modelo lineal de Harvard es extremadamente versátil, lo que lo hace aplicable en una variedad de contextos y situaciones donde el conflicto necesita ser gestionado de manera rápida y eficaz. Su enfoque basado en principios no solo facilita la resolución de disputas, sino que también preserva la relación futura entre las partes.
A continuación te presentamos cinco situaciones concretas en las que este modelo puede ser especialmente útil.
Negociaciones laborales
En entornos laborales los conflictos entre empleados y empleadores son comunes. El modelo de mediación lineal de Harvard está muy indicado para resolver desacuerdos sobre salarios, condiciones laborales, horarios o políticas internas, asegurando que ambas partes lleguen a acuerdos que satisfagan sus respectivos intereses.
Disputas comerciales
Cuando dos empresas están en desacuerdo sobre los términos de un contrato, como plazos de entrega, calidad del producto, precio, interpretaciones o incumplimientos, el modelo lineal de Harvard proporciona una estructura para negociar de manera justa y efectiva, manteniendo la relación comercial a largo plazo.
Conflictos familiares
En el ámbito familiar las tensiones pueden surgir por una multitud de razones, desde decisiones sobre la herencia hasta desacuerdos en la crianza de los hijos. Aplicar este modelo en casos de mediación familiar permite racionalizar el conflicto, encontrando soluciones que atiendan a las necesidades de todos los miembros de la familia, incluso los que no sean parte en la mediación, muy especialmente los menores y otras personas dependientes.
Discrepancias en proyectos conjuntos
Cuando varias partes están colaborando en un proyecto conjunto, como una obra de construcción o un desarrollo tecnológico, pueden surgir conflictos sobre la dirección del proyecto, la asignación de recursos, la operativización de procesos, la propiedad intelectual,…
El modelo tradicional lineal de Harvard ayuda a sistematizar argumentos, garantiza que todos los involucrados se sientan escuchados y que la solución sea equitativa.
Conflictos en comunidades
En situaciones donde las comunidades tienen que tomar decisiones sobre el uso de recursos compartidos, como el agua, espacios comunes, la tierra o las infraestructuras, el modelo de mediación lineal de Harvard facilita la negociación entre los distintos grupos, encontrando acuerdos que beneficien al colectivo y respeten los intereses individuales.
¿Se puede adaptar el modelo lineal de Harvard a diferentes culturas?
Una de las grandes ventajas del modelo de mediación lineal de Harvard es su flexibilidad. Aunque sigue una estructura determinada, puede adaptarse a diferentes contextos culturales. Para ello es importante respetar los valores y principios del modelo, mientras se ajustan las estrategias y técnicas a las sensibilidades culturales específicas.
Ejemplo de aplicación del modelo lineal de Harvard
Para ilustrar mejor cómo funciona el modelo tradicional lineal de Harvard, pongamos un ejemplo sencillo. Imaginemos que dos empresas están en desacuerdo sobre los términos de un contrato de colaboración. La Empresa A quiere modificar los plazos de entrega, mientras que la Empresa B se preocupa por mantener la calidad del producto dentro del tiempo establecido.
Siguiendo el modelo lineal de Harvard, ambas partes comienzan por prepararse, identificando sus intereses: la Empresa A, que está interesada en la calidad del producto, pone el foco en el mejor acabado del producto, aunque para ello haga falta más tiempo. La empresa B, que también está interesada en la calidad del mismo, entiende que los plazos de entrega son esenciales, por lo que no quiere comprometerlos, una vez se ha alcanzado ya la calidad necesaria.
A continuación, generan opciones: establecer controles de calidad adicionales, mejorar el sistema de comunicación interna para resolver problemas más rápidamente, mejorar el sistema de producción para recortar tiempos,…. Después de evaluar todas las opciones generadas, deciden finalmente que lo mejor para ambas es extender ligeramente los plazos, con la condición de implementar revisiones periódicas, que aseguren la calidad durante el proceso.
Finalmente, negocian los detalles de este acuerdo, en definitiva, lo que necesita para llevarse a cabo en tiempo y forma, especificando todos los extremos acordados: los nuevos plazos de entrega, las medidas de control de calidad adicional a implementar, las personas encargadas de hacerlo, tiempos, impacto presupuestario y fiscal,…
Hasta aquí nuestra guía sobre el modelo lineal de Harvard, una herramienta de negociación muy poderosa y, por lo tanto, para la negociación asistida por el mediador que se lleva a cabo en los procesos de mediación. Su enfoque basado en principios, la importancia que da a la preparación, la diferenciación entre posiciones e intereses y su proceso claro y estructurado, lo convierten en una opción excelente para cualquier mediador.
Cuando se aplica correctamente, puede transformar conflictos complejos en acuerdos beneficiosos para todas las partes. Si estás inmerso en un conflicto y no sabes cómo abordarlo, te invitamos a que consideres el modelo lineal de Harvard para encontrar una solución. Y si no termina de funcionar entre vosotros, no dudes en ponerte en contacto con nuestros expertos en mediación y resolución de conflictos.