No es una leyenda urbana. Los especialistas de la psicología han relacionado el divorcio con una serie de afectaciones específicas en la vida de los hijos, como la bajada en el rendimiento académico, el empobrecimiento de la autoestima, la dificultad para gestionar determinadas emociones o la dificultad para administrar correctamente las relaciones sociales. En muchos casos, estos problemas en hijos de padres divorciados no se producen a causa del divorcio en sí, sino como consecuencia de conflictos derivados del divorcio o la relación conflictiva entre sus padres.
Por qué surgen problemas en hijos con padres separados
No todas las parejas que se divorcian lo hacen por las mismas razones, ni se derivan las mismas consecuencias de todas las rupturas. Es cierto que siempre se trata de procesos complejos y el dolor suele ser el denominador común, pero la realidad es que existen divorcios mucho más traumáticos que otros. Las ex parejas que mantienen una relación tóxica y poco saludable suelen fabricar más problemas que afectan a la vida de sus hijos. En otros casos, además, los conflictos frecuentes en hijos de padres separados vienen derivados de la mala relación de los hijos con alguno o ambos progenitores.
La personalidad de los padres o hijos
No elegimos a las personas que son nuestra familia. Es un hecho que debemos aceptar cuanto antes para no chocarnos contra un muro fáctico y emocional. A veces uno de los miembros de la familia, sea la madre, el padre o uno de los hijos, presenta un comportamiento y/o unos rasgos de carácter difícil, que con frecuencia se agravan por la propia situación del divorcio. Esta circunstancia suele generar conflictos de todo tipo.
Tensiones familiares
Otro de los focos principales de malestar en los hijos de padres separados viene de la tensión familiar que se respira. Afortunadamente, hay parejas capaces de terminar su relación de manera amigable y manteniendo una buena comunicación post divorcio. Sin embargo, lo habitual es que no sea así y muchas de las cosas que no funcionaban durante la relación, se agraven o se toleren todavía peor que durante la convivencia. A éstas se añaden, además, todas las nuevas cuestiones que la pareja debe decidir tras la ruptura, ya se refieran al cuidado y mantenimiento de sus hijos, ya se refieran a cuestiones patrimoniales entre ellos. Llueve sobre mojado y este malestar lo impregna todo. No te engañes con que son pequeños o no se enteran muy bien de lo que pasa. Los hijos son los que antes y más experimentan toda esta tensión familiar.
Discrepancia en cuestiones importantes entre los progenitores
El divorcio adelanta y agolpa de repente muchas discrepancias sobre cuestiones propias de cada una de las fases del crecimiento de los hijos. ¿Va o todavía no a la guardería? ¿Una escuela pública o una privada? ¿Hace o no la Primera Comunión? ¿La carrera aquí o fuera? ¿Hábitos para exigirle mucho y que triunfe o para dejarle hacer y que sea feliz?… Estas diferencias en las perspectivas y expectativas de crianza generan muchos conflictos que terminan afectando al propio hijo. Tanto más, cuanta más tensión y conflicto perciba entre sus padres.
Exigencias sin fundamentos
Todos los seres humanos tenemos necesidades. Y es importante que las expresemos de manera asertiva. Es la base de la comunicación y del entendimiento. El problema es que, en circunstancias de mucho estrés o de alta tensión mantenida en el tiempo, alguna de las partes puede expresar necesidades desmedidas, que atenten contra las necesidades de otra de las partes o las exprese de forma violenta o inadecuada. Es muy importante mediar aquí para prevenir la escalada del conflicto y resolverlo cuanto antes.
Invalidación de los sentimientos de los hijos
Cada persona es responsable de sus emociones, pero también es verdad que el control emocional se consigue con madurez. Los niños están en pleno proceso evolutivo y ello hace que les sea más difícil reconocerlas, sujetarlas y expresarlas con asertividad. Es ahí donde sus padres y, en general, los adultos que se relacionan con ellos juegan un papel fundamental para su adecuado desarrollo. Si no le escuchas, si no tomas en serio sus sentimientos, si no empatizas, no le estarás ayudando en un momento en el que no puede hacerlo solo sin ti. Y eso siempre tiene consecuencias.
Cómo resolver este tipo de conflictos en caso de separación
No todas las circunstancias que dan lugar a conflictos en hijos de padres separados pueden evitarse. No obstante, y ante la expectativa de divorcio, lo más conveniente es contratar un servicio de mediación familiar que ayude a la pareja, poniendo el foco en sus hijos (sobre todo si son menores), a atravesar el proceso de ruptura de manera positiva y establecer un nuevo marco de relaciones familiares que les permita construir el mejor futuro para todos. Sin duda, la mediación es una opción muy beneficiosa y recomendable en los casos de divorcio con hijos.