Los conflictos son inherentes a la naturaleza humana: no podemos impedir que se produzcan. Lo único que podemos hacer es abordarlos de manera constructiva para conseguir dos objetivos. El primero de ellos, que se resuelvan para desbloquear la situación. El segundo de ellos, que el procedimiento genere el menor desgaste emocional posible. Y, para ello, existen estrategias de resolución de conflictos muy efectivas y probadas como la mediación y la conciliación. Aunque parecen similares, pues ambas intervenciones son alternativas a la resolución judicial y están a cargo de una tercera persona neutral e imparcial sin capacidad para decidir el conflicto, presentan diferencias importantes. Veámoslas.
¿Qué es la mediación?
La mediación es un método de resolución de conflictos que consiste en la intervención de una persona o equipo neutral e imparcial en un enfrentamiento, para ayudar a las partes a llegar a una solución satisfactoria para todas ellas. En concreto, lo que hace el mediador es diseñar el procedimiento de mediación a medida de cada conflicto, para, a través de la comprensión recíproca del problema y una comunicación saludable, conseguir su resolución colaborativa. Aunque en la llamada mediación evaluativa el mediador puede proponer soluciones, en el tipo de mediación más extendida, la mediación facilitadora, no lo hará, el mediador solo facilitará el acuerdo entre las partes en un entorno seguro.
¿En qué consiste la conciliación?
La conciliación es un método de resolución de conflictos que también consiste en la intervención de una tercera persona o equipo neutral e imparcial sin poder de decisión. Su papel no es tan activo como en la mediación en cuanto al diseño y desarrollo del procedimiento (poniendo en marcha estrategias y técnicas de resolución de conflictos). El conciliador se limita a invitar a las partes a consensuar una solución, para que, bien entre ellas directamente o a través de sus abogados o representantes, negocien un acuerdo. El conciliador exhortará al consenso y dará la oportuna tramitación legal al proceso, termine con o sin acuerdo, pero no se implicará en el proceso negociador,
En qué se diferencian la mediación y la conciliación
La mediación y la conciliación son métodos de resolución de conflictos que tratan de evitar su escalada judicial. Las grandes diferencias entre una y otra estrategia se refieren al rol del profesional y al tipo de procedimiento desarrollado en una y en otra.
En la mediación el papel del profesional es más activo. Es el mediador quien diseña, dirige el proceso y acompaña a las partes a lo largo de toda su duración, mientras que en la conciliación este papel es más pasivo. El papel del conciliador se limita al inicio y a la finalización del procedimiento. Al principio, predisponiendo a las partes para consensuar y exhortándoles a que lo hagan y, al final, dándolo por celebrado y tramitando el resultado, con acuerdo o la falta de acuerdo, con que termine el acto de conciliación. Durante el proceso el conciliador se limitará a velar por el orden y cumplimiento de la normativa legal aplicable, sin entrar, como hace el mediador, en las posiciones, intereses, motivaciones y expectativas de las partes.
Las diferencias en cuanto al procedimiento son que, en el caso de la mediación, su propio diseño, estructura y dinámica son herramientas muy potentes para el buen fin de esta intervención. Por eso este profesional tiene una gran flexibilidad para configurarlo. El mediador podrá proponer a las partes distintos tipos de procedimiento por razón del número, duración, tipo (individuales y/o conjuntas) y objetivos de las sesiones, lugar de celebración, asistentes,,… Sin embargo, en la conciliación, el procedimiento suele ser estándar y el conciliador se atiene al preestablecido por razón del sector o contexto en el que tiene lugar la intervención, especialmente en la formalidad de iniciarlo, concluirlo y tramitar su resultado.
Otra gran diferencia entre la mediación y la conciliación es que en la mediación evaluativa el mediador puede proponer y sugerir soluciones. En la conciliación no existe esta posibilidad.
¿Qué es mejor a la hora de abordar un conflicto?
No existe ninguna verdad universal en la resolución de conflictos, más que cada conflicto es único y requiere de un enfoque diferente para ser solucionado. En este sentido, y una vez analizadas las diferencias entre mediación y conciliación, la conclusión es que uno u otro método resultará más conveniente y efectivo en función de las circunstancias concretas. Y entre esas circunstancias, la que tiene más peso, para tomar la correcta decisión, es la predisposición de las partes hacia la mutua colaboración. Cuando no la hay, la conciliación gana puntos, pero cuando sí existe, la mediación es más aconsejable porque, sin duda, llegará más lejos y conseguirá resultados más satisfactorios.