Las personas desarrollamos distintas facetas en nuestra vida. Dos de las más importantes son la laboral y familiar. Las largas jornadas laborales, la ausencia de teletrabajo y las presiones en el desarrollo de las tareas pueden hacer que el balance de vida familiar y laboral sea negativo. En estos casos afloran conflictos de roles, también conocidos por falta de conciliación entre el trabajo y la familia
Definición del conflicto de roles: ¿qué es?
El conflicto de roles se produce cuando las exigencias a las que se enfrenta la persona para desarrollar correctamente sus tareas son incompatibles entre sí. Un alto nivel de exigencia puede producir una insatisfacción laboral y esta insatisfacción laboral puede repercutir en el núcleo privado de la familia.
El marco conceptual de conflicto de rol en la familia y en el trabajo lo establecieron Greenhaus y Beutell en 1985. Para estos investigadores los conflictos de roles derivan de la fricción entre el trabajo y la familia. Cuando uno y otro ámbito se perciben como incompatibles, se produce el enfrentamiento, pues cuanto más tiempo una persona invierte en el trabajo, menos tiempo podrá invertir en su familia.
Tipos de conflicto de roles en la familia y la empresa
Estos conflictos de roles están relacionados con el tiempo, la presión y el comportamiento.
El tiempo
La falta de tiempo es un motivo de estrés importante. No todas las personas llegan a tener las facilidades necesarias para poder dedicar el tiempo suficiente a su familia. El conflicto de roles por falta de tiempo está relacionado con la imposibilidad de conciliar la vida laboral y familiar. La perentoriedad económica hace que este conflicto suela resolverse invirtiendo las personas más horas en su jornada laboral que en su hogar.
Un ejemplo de conflicto de roles por falta de tiempo es cuando el trabajo impide a las personas dedicar todo el tiempo que quieren o necesitan a su familia, o cuando la dedicación a sus responsabilidades familiares interfiere el adecuado desarrollo de sus obligaciones laborales.
La presión
La presión del trabajo puede hacer que las personas sufran tensión y estrés, lo que puede perjudicar su vida familiar y personal. Es difícil gestionar esta presión e incompatibilidad entre ambos ámbitos cuando no se carece de los recursos necesarios para compatibilizarlos.
Un ejemplo de conflicto de rol originado por la presión en ambos ámbitos puede darse cuando una persona está agotada emocionalmente por el trabajo y cuando llega a casa no tiene las fuerzas necesarias para dedicarle atención a su familia. Y viceversa, cuando le abruman sus responsabilidades familiares, como por ejemplo por tener un hijo enfermo, y encuentra serias dificultades para concentrarse en sus tareas laborales.
El comportamiento
Estos conflictos tienen lugar cuando el comportamiento que debe tener una persona desempeñando su rol en el ámbito laboral es incompatible con el que debe desarrollar en la esfera familiar. La falta de voluntad o competencia para realizar los cambios necesarios, desembocará en un conflicto de roles.
Así, por ejemplo, este conflicto de roles específico puede aparecer cuando una persona sigue unas estrategias en el ámbito familiar que no son efectivas en el trabajo. O viceversa, cuando algunos de sus comportamientos lo convierten en un buen trabajador, pero le imposibilitan ser un buen progenitor o pareja.
Causas del conflicto de roles en el trabajo y en el hogar
Las causas más habituales que hacen que surja un conflicto de roles en el trabajo y en el hogar están relacionadas con los motivos que te exponemos seguidamente:
Tiempo restringido
La escasez o restricción de tiempo puede hacer que se genere un conflicto de roles tanto en una empresa como en una familia. No contar con el tiempo suficiente para que las personas puedan desarrollarse equilibradamente en ambas esferas, será causa habitual de enfrentamientos y desacuerdos entre quienes conforman uno y otro ecosistema.
Número de miembros
Por razón del número de personas en el hogar y en el trabajo pueden producirse repartos desiguales de las tareas en uno u otro ámbito. Como consecuencia, puede ocurrir que algunas personas estén sobrecargadas en el trabajo y también tengan sobre sus hombros la mayor parte de tareas a realizar en casa.
Espacio personal disponible
La privacidad es fundamental. Cada persona necesita tener tiempo y espacio para ella misma, para reflexionar y cuidarse. La falta de privacidad y espacio personal puede interferir en la capacidad de cada individuo a la hora realizar sus roles de manera efectiva y puede, por tanto, generar muchos conflictos.
Sentimiento de apoyo
Otra de las causas más comunes en el conflicto de roles es la falta de sentimiento de apoyo. Cuando las personas sienten que no reciben el apoyo necesario en el trabajo y en la familia es frecuente la aparición de conflictos de roles.
Satisfacción con el desempeño
La insatisfacción con el desempeño de las tareas en el trabajo y en el hogar suele generarse por una alta exigencia. Otra razón es la de no contar con recursos suficientes para la realización de sus tareas.
Mala comunicación entre los integrantes
Una comunicación deficiente es la fase embrionaria de un conflicto de roles. Los malentendidos, malinterpretaciones y la falta de claridad pueden hacer que las tareas y sus responsables no estén bien definidos y, por ende, no se desarrollen de forma coherente y equitativa.
Deficiente estructuración de los distintos ámbitos
La familia es una institución social. La mujer siempre ha tenido un papel más protagonista en la estructuración de la familia y el hombre en el ámbito laboral. En este sentido, una deficiente estructuración de los miembros de la familia puede afectar negativamente a la relaciones familiares y laborales y ocasionar conflictos de roles.
Factores personales desequilibrados
Las diferencias en las necesidades, habilidades y preferencias personales pueden generar conflictos en la realización de roles en el trabajo o en el hogar. Asimismo, las expectativas personales y de organización juegan un papel importante. Por este motivo, los factores personales desequilibrados pueden ser una de las principales causas para que se desarrolle un conflicto de roles relacionado con el comportamiento.
Ejemplos de conflictos de roles
Aunque ya hemos puesto algunos ejemplos de los conflictos de roles más comunes, podemos señalar aquí uno específico por falta de apoyo. Un ejemplo de este tipo de conflicto de rol sería el caso de una persona que trabaja fuera de casa a jornada completa, pero también tiene la responsabilidad de cuidar a sus hijos pequeños al llegar del trabajo. Si no tiene pareja o ésta no le presta apoyo suficiente en la realización de tareas del hogar y en el cuidado de los hijos, a la larga, dicha persona se sentirá sobrecargada y estresada.
Y estos sentimientos interferirán en el desempeño de su trabajo y en la relación con su familia, lo que a su vez perjudicará su propia satisfacción personal.
Otro ejemplo de conflicto de roles puede ser el que resulta del enfrentamiento entre el trabajo y el ocio, del que igualmente resultará una enorme insatisfacción personal en el desarrollo de su vida cotidiana.