En la jurisdicción civil, concretamente en los Juzgados de Familia, está especialmente implantada la mediación intrajudicial. Las separaciones y divorcios fueron el primer campo de conflictos en el que se desarrolló la mediación para, posteriormente, aplicarse a otros conflictos familiares que se dilucidan en estos juzgados, como por ejemplo: en materia de adopciones e incapacitaciones, o fuera de los juzgados de familia, pero dentro de esta misma jurisdicción civil, como por ejemplo los conflictos hereditarios, entre copropietarios, vecinos o colindantes.
La mediación intrajudicial, además de mejorar la calidad de la Justicia en cuanto a la participación y satisfacción de los ciudadanos, ayuda a descongestionar el sistema judicial de asuntos más emocionales que jurídicos, que atascan indebidamente nuestros juzgados y tribunales y dilatan los plazos judiciales hasta lo intolerable.