Los conflictos son una parte inevitable de nuestras vidas. Ya sea en el ámbito laboral o personal, siempre nos encontraremos con problemas, discrepancias y desacuerdos que requieren nuestra atención. Con este artículo queremos que conozcas los diferentes estilos de resolución de conflictos para que puedas solventar cualquier situación conflictiva de manera efectiva.
En qué consisten los diferentes estilos para resolver conflictos
La manera en que enfrentamos y manejamos los conflictos puede variar según nuestras habilidades, personalidad y contexto. Algunas personas pueden preferir evitarlos, mientras que otras se enfrentan a ellos de manera directa.
Los estilos de resolución de conflictos nos ofrecen un abanico de posibilidades para abordar estos procesos de la manera más efectiva en cada caso.
Cómo se definen los estilos de solución de conflictos
Existen dos parejas de dimensiones fundamentales para definir los estilos de resolución de conflictos: la relación y la tarea, por un lado y la asertividad y la cooperación por otro. En este artículo nos vamos a centrar en este segundo binomio para definir los estilos de resolución de conflictos.
Asertividad
La asertividad se refiere a la disposición de una persona para defender sus intereses y expresar sus necesidades. Las personas asertivas son capaces de comunicar sus opiniones y deseos de manera clara y respetuosa, sin dejar de tener en cuenta las necesidades de los demás.
Cooperación
La cooperación implica trabajar juntos para encontrar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas en el conflicto. Las personas cooperativas buscan soluciones que sean mutuamente satisfactorias y estén dispuestas a ceder en algunos aspectos para llegar a un buen acuerdo.
Qué tipos de estilos de gestión de conflictos hay
Existen cinco estilos principales de gestión de conflictos que se diferencian en función del peso que en ellos tienen cada una de estas dimensiones. A continuación vamos a ver más en detalle cada uno de ellos.
Complaciente
El estilo complaciente se caracteriza por una baja asertividad y una alta cooperación. Las personas que adoptan este estilo prefieren ceder y satisfacer las necesidades de los demás antes que las propias.
Aunque esto puede resolver conflictos rápidamente, a menudo resulta en un desequilibrio de poder y puede hacer que la persona que siempre cede en todo se sienta insatisfecha.
Evasivo
El estilo evasivo se manifiesta con baja asertividad y baja cooperación. Las personas que utilizan este estilo prefieren evitar el conflicto en lugar de afrontarlo. Aunque puede ser útil en situaciones de menor importancia, eludir los problemas puele empeorar el conflicto a largo plazo.
Transaccional
El estilo transaccional implica una asertividad y cooperación moderadas. Es el caso de personas que están dispuestas a ceder en algunos aspectos para llegar a un acuerdo.
El resultado son soluciones de «término medio», que permite a las partes avanzar y no quedar atrapadas en el conflicto, pero con las que o bien se pospone la verdadera resolución, como por ejemplo cuando se decide dividir por mitad y luego hay que resolver los proindivisos, o se llegan a acuerdos de puro compromiso, en los que las partes se han implicado poco para resolver de verdad y satisfactoriamente el conflicto, acuerdos del tipo “ni para ti ni para mi”.
Colaborativo
El estilo colaborativo se caracteriza por una alta asertividad y alta cooperación. Las personas que adoptan este enfoque trabajan juntas para encontrar una solución que satisfaga plenamente las necesidades e intereses de ambas partes.
Este estilo promueve la resolución de conflictos de manera creativa, efectiva y duradera, al mismo tiempo que fomenta la construcción de relaciones sólidas y de confianza entre las partes involucradas.
Competitivo
El estilo competitivo se basa en una alta asertividad y baja cooperación. Las personas que utilizan este estilo solo buscan lograr sus objetivos y satisfacer sus necesidades, incluso si esto significa lograrlo a costa de los demás. Aunque este enfoque suele resolver por la vía rápida, a menudo genera resentimiento y daño en las relaciones.
Cómo influye la personalidad en los estilos de afrontamiento del conflicto
Nuestra personalidad juega un papel importante en la forma en que enfrentamos los conflictos. Algunas de las diferencias en los estilos de afrontamiento pueden estar relacionadas con nuestras preferencias de pensamiento o sentimiento y de juzgar o percibir.
Pensar o sentir
Las personas que prefieren pensar tienden a ser más analíticas y lógicas en la toma de decisiones, mientras que las personas que prefieren sentir son más empáticas y consideran más las emociones en el proceso de decisión. Estas diferencias marcan la forma en que abordamos los conflictos y cómo interactuamos con los demás en situaciones de tensión.
Juzgar o percibir
Las personas que prefieren juzgar suelen ser más directas y rígidas y tienden a tomar decisiones rápidamente. Las personas que prefieren percibir suelen ser más flexibles y abiertas a considerar todo lo que puede haber en juego, por lo que sueden demorarse más en tomar decisiones. Estas diferencias influyen en cómo manejamos los conflictos y cuán abiertos estamos a considerar diferentes soluciones.
Cómo elegir los estilos de manejo de conflictos
A la hora de hacer frente a un desacuerdo, es importante seleccionar el estilo de manejo más adecuado para cada situación.
A continuación te presentamos algunos consejos para elegir el enfoque más efectivo teniendo en cuenta las circunstancias, que básicamente consiste en analizar un conflicto de forma superficial.
Identificar el valor del conflicto
No todos los conflictos tienen la misma importancia. Algunos pueden ser de menor relevancia, mientras que otros pueden tener un impacto significativo en nuestras vidas o relaciones.
Al determinar el valor del conflicto, podrás decidir cuánto tiempo y energía invertir en resolverlo.
Evaluar las consecuencias
Considera las posibles consecuencias de cada estilo de manejo de conflictos aplicado a la situación en cuestión. ¿Cuál es el impacto potencial en tu relación con la otra persona? ¿Qué efecto tendrá en tu bienestar emocional?
De esta forma podrás tomar una decisión consecuente sobre el estilo más apropiado a utilizar.
Definir las líneas de tiempo
Algunos conflictos pueden requerir soluciones rápidas, mientras que otros pueden permitir un enfoque más reflexivo y pausado. Las líneas de tiempo para resolver el conflicto suponen ya una preselección de los más convenientes o, por el contrario, los más desaconsejados.
Comparar los diferentes estilos
Finalmente, compara las ventajas e inconvenientes de los diferentes estilos de manejo de conflictos y evalúa cuál es el más adecuado para la situación concreta. Ten en cuenta tus propias habilidades y fortalezas, así como las características de la situación y las necesidades de las partes involucradas. Recuerda que no hay un mejor enfoque único para todos los conflictos, y que es posible que debas adaptar tu estilo según las circunstancias.
En conclusión, comprender y manejar adecuadamente los diferentes estilos de resolución de conflictos es esencial para solucionar disputas de manera efectiva.
Además, identificar el valor del conflicto, evaluar las consecuencias, definir las líneas de tiempo y comparar los diferentes estilos te ayudará a enfrentar los conflictos de una manera más consecuente y estratégica.
¿Te gustaría saber cuál es tu estilo preferente de resolución de conflictos? ¡Contacta con nuestros expertos en la resolución de conflictos!