Resolución de conflictos en guerra y el papel del mediador

A diario vemos como estallan conflictos y guerras familiares entre hermanos, ya sea por una herencia o por los problemas que ocurren en una empresa familiar. Si ya este tipo de conflictos nos parecen un mundo porque entran en juego diferentes intereses personales, ¿cómo crees que puede resolverse las discrepancias entre estados en una guerra como la que estamos viviendo en el panorama actual entre Rusia y Ucrania?

El quid de la cuestión es contar con profesionales que puedan mediar entre las partes, donde ambas partes compartan el control sobre el proceso y sobre el resultado. 

Sin duda, una de las fórmulas que existen para acabar con una guerra (o con una disputa familiar) es mediante la aplicación de una serie de técnicas de resolución pacífica para conseguir un clima de no violencia, de comunicación y entendimiento entre las partes para impulsar así las relaciones entre los estados, desarrollar la cooperación entre los actores y fomentar la seguridad internacional.

Por tanto, el papel del mediador es una figura clave para conseguir que dos o más partes de forma voluntaria lleguen a un acuerdo pacífico.

Conflictos y guerras: ejemplos del papel del mediador a lo largo de la historia 

A continuación, vamos a ver algunos ejemplos y acontecimientos sobre cómo la mediación fue la herramienta necesaria para cultivar las condiciones e instaurar la paz en conflictos y guerras. 

Álvaro de Soto en El Salvador

Esta figura jugó un papel fundamental en las negociaciones. Con estas se pudo poner fin a la guerra civil en el país centroamericano. 

Fueron muchos debates y rondas sucesivas entre el Gobierno y el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) en San José, la ciudad de México y Nueva York, por las que se lograron compromisos en materia de justicia, derechos humanos, seguridad y verificación del alto al fuego. 

Asimismo, estos acuerdos desembocaron en la firma de la paz en México en el 92. 

Andrea Riccardi y Matteo Zuppi en Mozambique

En este caso, intervinieron mediadores gubernamentales y religiosos con diferentes técnicas de resolución de conflictos. 

Riccardi y Zuppi trabajaron sin ejercer presiones, desde la discreción e informalidad, con el objetivo de construir puentes de entendimiento mutuo y generar un clima de confianza, respeto, reconciliación y perdón. 

Por lo que esta vía paralela a la política fue decisiva para firmar la paz, donde lo importante no fue la política ni los protocolos, sino el reconocimiento mutuo por ambas partes como miembros de una única familia mozambiqueña.

Conclusiones finales

El papel del mediador es indiscutible para alcanzar acuerdos en un ambiente tranquilo y llegar a una solución satisfactoria para ambas partes. 

Y aunque las situaciones más demandadas en la actualidad son los procesos de separación y divorcio, la custodia de hijos, los conflictos entre familias y laborales, en situaciones límites como la de los conflictos y guerras también se necesita a la figura de un mediador para reconducir el conflicto bélico hacia la paz. 

A pesar de que cada caso es una situación diferente, se persigue el mismo objetivo, que no es otro que lograr una comunicación y diálogo entre las partes, la confianza mutua, mediante un proceso flexible y voluntario. 

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