¿Dedicas tiempo a realizar hábitos saludables orientados al bienestar físico, psicológico y espiritual? Muchas veces nos olvidamos de la importancia del autocuidado. Pero, ¿por qué es tan importante autocuidarnos? ¿Qué interrelación existe entre el autocuidado y la gestión de conflictos?
Definimos el autocuidado como la acción de cuidarse uno a sí mismo. Pero antes de actuar, es preciso preguntarse qué necesito y responderse de forma honesta. Solo a partir de esta reflexión previa podremos tomar las medidas que verdaderamente nos ayuden a cuidar de nosotros mismos, de nuestras necesidades físicas, emocionales y espirituales.
No hay una fórmula universal para el autocuidado, pues dependerá de las necesidades que cada uno tenga en un momento determinado, pero sí podemos hablar de unos principios generales. Y el primero de ellos es reconocer que tú eres el responsable de tu bienestar. Esto quiere decir que, si estás bien contigo mismo, será más fácil que estés bien con los demás y que, caso de surgir algún conflicto con otra persona, estarás también en mejor disposición para abordarlo a tiempo y con mayores posibilidades de éxito, ya sea gestionándolo tú personalmente o con asistencia de un profesional, cuando sea necesario.
La importancia del autocuidado
El autocuidado procura estabilidad y bienestar. También facilita el autoconocimiento. Supone, en definitiva, una fuente de recursos para reconstituirnos y repararnos a nivel individual respecto de las circunstancias familiares, laborales y sociales en las que vivimos.
Su relación con la gestión de conflictos es de doble sentido. Pongamos un ejemplo, una persona que se cuida y se siente en calma tiene mucho mejor punto de partida que otra estresada para prevenir, gestionar y resolver conflictos. Y en el otro sentido, cuando se vea inmersa en un conflicto, preferirá cuidarse y gestionarlo de modo que le ocasione el menor perjuicio posible. Es más, congruentemente con su autocuidado y actitud positiva, aprovechará la crisis para mejorar algún aspecto previo al conflicto y sacarle partido, en vez de quedarse en el aspecto negativo del problema.
Para que lo veas más claro todavía, te señalamos algunos beneficios del autocuidado para la gestión de conflictos:
- Te enfocas en lo que verdaderamente es importante para ti. Así podrás distinguir tus posiciones de tus intereses y necesidades y conocer mejor tu P-IN.
- Mejoras tu autoestima y, con ella, tu confianza para afrontar a tiempo situaciones difíciles e incómodas en tu día a día, en vez de evitarlas o posponerlas.
- Te conoces mejor. A partir de tu autoconocimiento tomarás conciencia de tus propias habilidades y cuáles otras necesitas para resolver bien tus conflictos.
- Actitud más optimista. Podrás ver en los conflictos no solo el vaso medio vacío de la preocupación o malestar que te producen, sino también el vaso medio lleno de la oportunidad que te ofrecen para mejorar tus asuntos.
- Más productividad y mayor rendimiento en tus quehaceres y tareas porque los conflictos cotidianos no te consumirán tanto tiempo y energía.
- Más felicidad porque vivirás tus relaciones y sus crisis de acuerdo con tus valores y principios, y no hay nada como la autenticidad para sentirnos felices.
¿Cómo podemos autocuidarnos?
Dedícate tiempo. Sin excusas. Aunque creas que no lo tienes. Solo es cuestión de priorizar. El autocuidado es salud y, sin ella, te sobrará todo lo demás. Aquí te dejo algunas ideas fáciles de incorporar a tus rutinas básicas y que no requieren mucha planificación.
1. Para el autocuidado físico.
Además de ser saludable, también nos ayudará a lucir más guapos y querernos más.
- Duerme al menos 7-8 horas para rendir bien al día siguiente.
- Come sano y variado.
- Muévete (salta, sube escaleras, baila, anda, practica algún deporte o ejercicio físico,,…) para compensar el exceso de sedentarismo.
- Contacta con la naturaleza. Hazlo a través de todos tus sentidos y aprovecha la calle o cualquier ventana o balcón para hacerlo.
Son solo algunas sugerencias. Elige entre las que más disfrutes y te motiven, empieza poco a poco y ya verás como pronto se convertirán en hábitos sin darte cuenta.
2. Para el autocuidado emocional.
Tus emociones son grandes aliados. Dales su espacio, entiéndelas y gestiónalas para que junto con tus pensamientos te lleven hasta donde quieres llegar.
Algunas sugerencias:
- Identifica tus principales emociones: tristeza, ira, miedo, sorpresa,…
- Permítete sentirlas sin juzgarlas.
- Entiéndelas. Pregúntate por qué y para qué aparecen.
- Reconoce sus manifestaciones físicas.
- Date cuenta de los pensamientos que asocias con ellas.
- Aprende a controlarlas para que no te controlen ellas a tí.
- Sé honesto contigo mismo y con lo que no está funcionando o te hace mal.
- Encuentra canales adecuados para expresarlas, ya sea a través de la creatividad, el pensamiento crítico, alguna actividad con la que te concentres (cantar, dibujar, escribir, manualidades, tocar algún instrumento, hacer crucigramas, escuchar un podcast para aprender algo nuevo,…).
- Pide ayuda cuando te sientas desbordado por ellas.
3. Para el autocuidado social.
Somos animales sociales y necesitamos relacionarnos. La personas forman parte de nuestra felicidad por eso te recomendamos:
- Salir y divertirte con amigos.
- Apartarte de aquellos que te restan.
- Mantener conexión con grupos que te aporten.
- Compartir actividades socio-culturales y deportivas.
- Ábrete a conocer gente nueva.
4. Para el autocuidado espiritual.
- Practica el silencio mental para escuchar tu interior.
- Dedica tiempo a practicar la meditación.
- Practica yoga.
- Reflexiona y profundiza en tus creencias y valores.
- Proponte y planifica practicarlos en tu día a día.
- Comparte con otros tus inquietudes espirituales.
Espero que entre todas estas ideas encuentres las más apropiadas para autocuidarte y encontrarte así lo mejor posible para vivir tus relaciones, tus conflictos y retos con confianza y plenitud.