Comunicación agresiva: qué es, ejemplos y características

La comunicación es una herramienta poderosa. Si no se utiliza correctamente, puede resultar más perjudicial que beneficiosa. Para la resolución de cualquier conflicto la comunicación resulta fundamental, especialmente en metodologías como la mediación. Por ello, es importante conocer los diferentes estilos de comunicación. Es necesario saber manejarlos para identificar, evitar y gestionar situaciones problemáticas. Los diferentes estilos de comunicación se clasifican en: asertivo, pasivo, agresivo y pasivo-agresivo. En este blog nos vamos a centrar concretamente en el estilo de comunicación agresiva.

 

¿Qué es la comunicación agresiva?

La comunicación agresiva es una forma de expresarse caracterizada por hablar sin considerar los sentimientos o derechos de los demás interlocutores. Es un estilo de comunicar que no escucha, no es empático y, en consecuencia, conduce a la confrontación en lugar de al entendimiento. Se fundamenta en exigencias y juicios y no tiene en cuenta las perspectivas de los demás. Aunque pudiera parecer una manera efectiva de conseguir lo que uno quiere, a medio y largo plazo genera más problemas que soluciones.

 

Características del estilo de comunicación agresiva

Quejas, reproches e incluso insultos

El estilo agresivo se caracteriza, a nivel de comunicación verbal, por las constantes demandas, quejas y reproches hacia los demás que, en ocasiones, pueden llegar a convertirse en insultos u otros contenidos ofensivos. A nivel de comunicación no verbal se caracteriza por el elevado tono de voz, ritmo rápido y una entonación, posición corporal y expresión facial provocativas e incluso violentas. Esta forma de comunicarse no busca tanto solucionar el problema, como echar la culpa y humillar a otros.

 

Imposición de decisiones y poco respeto por las personas

Las personas que se comunican de forma agresiva imponen sus decisiones sin considerar las opiniones de los demás. Esto se traduce en interrupciones constantes y falta de interés en la posición de sus interlocutores.

 

Imposición de ideas

Quienes usan este estilo de comunicación no solo pretenden imponer sus decisiones, sino que también buscan que los demás piensen igual que ellos. No hay espacio para el debate y la discrepancia se percibe como una amenaza.

 

Grandes carencias emocionales y sociales

Detrás de una comunicación agresiva a menudo se esconde una gran inseguridad y carencias emocionales y sociales. Estas personas suelen tener dificultades para gestionar sus emociones y, por ello, recurren a la agresividad como mecanismo de defensa.

 

Ejemplos de comunicación agresiva

Trabajo

En el ámbito laboral puede manifestarse en un jefe que constantemente critica o censura a sus empleados sin darles la oportunidad de explicarse, o un compañero de trabajo que se apropia de un proyecto sin consultar al equipo.

 

Pareja

Dentro de este tipo de relación la comunicación agresiva se evidencia cuando uno de los miembros de la pareja toma decisiones conjuntas de manera unilateral, decide por el otro, lo anula o descalifica constantemente, bien su persona, bien sus opiniones y sentimientos.

 

Familia

Un padre que impone reglas sin explicación o que no permite a sus hijos expresarse libremente está ejerciendo una comunicación agresiva.

 

Consecuencias de la comunicación agresiva

Reducción de la tensión interna

A corto plazo expresarse de forma agresiva puede hacer que la persona sienta que ha liberado tensión. Sin embargo, esta sensación es temporal y luego viene seguida de sentimientos contraproducentes.

 

Conflictos interpersonales

Al no considerar los sentimientos o perspectivas de los demás se generen muchos conflictos en cualquier ámbito de interacción.

 

Sentimientos de culpa

Después de actuar agresivamente, con frecuencia surgen sentimientos de remordimiento y culpa por no haber gestionado la situación de una manera más adecuada.

 

Frustración

La comunicación agresiva rara vez soluciona problemas, lo que lleva a una sensación constante de frustración.

 

Pérdida de oportunidades

Las personas agresivas pierden muchas oportunidades, ya que los demás prefieren evitarlas en lugar de colaborar con ellas.

 

Rechazo

La agresividad genera rechazo y aleja a las personas. Con el tiempo es probable que amigos, familiares y colegas eviten o abandonen a quien constantemente se comunica de forma agresiva.

 

Enfado

Vivir en un estado permanente de confrontación lleva a una acumulación constante de ira y enfado, lo que puede acarrear serias repercusiones en la salud mental y física.

 

Entender y reconocer la comunicación agresiva es el primer paso para evitarla y poder gestionarla. Si este estilo de comunicación aflora resolviendo vuestros conflictos, un mediador os ayudará a comunicaros de manera más asertiva y a resolverlo sin violencia. Te invitamos a conocer nuestra web y a descubrir el poder de la mediación.

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