Mediador civil

 

El mediador civil es el profesional habilitado, independiente y neutral, que tiene la función de facilitar que ambas partes de un conflicto lleguen a un acuerdo amistoso.

Los mediadores civiles son especialistas en resolver controversias y ayudan a las partes a comunicarse de manera efectiva, a identificar sus intereses y a buscar soluciones creativas que sean aceptadas por ambas partes del conflicto.

Qué es la mediación civil

La mediación civil es un proceso voluntario al que puedes someterte de manera sencilla, siempre que ambas partes intenten resolver el conflicto de forma voluntaria. Siempre que se recurra a la mediación civil y mercantil, es de vital importancia contar con un mediador civil imparcial, puesto que así se establece en la Ley de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles.

La mediación civil es una alternativa a los procedimientos legales convencionales. Al realizar una mediación civil, y en el caso de que ambas partes lleguen a un acuerdo amistoso, se evita la necesidad de asistir a juicios o procedimientos judiciales, donde la decisión y la resolución es impuesta por un juez o por un jurado.

Qué dice la Ley de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles

La Ley de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles establece los principios básicos y las reglas que tienen que cumplirse en los procesos de mediación civil. Veamos a continuación cuáles son:

Principios básicos

Los principios básicos de la mediación civil son de importante cumplimiento para que todo el proceso de la mediación civil pueda realizarse correctamente. El primer principio es la confidencialidad, que implica tanto a ambas partes como el mediador, que salvo que se acuerde lo contrario, no están obligados a declarar en un arbitraje o procedimiento judicial, sobre el proceso o el contenido de la mediación.

El segundo principio de la mediación civil es la igualdad para las partes. La Ley garantiza que ambas partes deben contar con las mismas oportunidades de expresar sus puntos de vista, con el fin de llegar a un acuerdo justo y equitativo.

La imparcialidad y neutralidad de los mediadores es fundamental en el proceso de mediación civil. Los mediadores civiles tienen que ser profesionales habilitados que no tengan relación con ninguna de las partes involucradas en el conflicto, para conseguir que no tomen partido por parte de ninguna de las partes.

El principio de la voluntariedad está relacionado con la voluntad de las partes para llegar a un acuerdo amistoso, sin necesidad de llegar a un procedimiento judicial y todo lo que ello conlleva.

Solicitud para un mediador civil

Cualquiera de las partes implicadas puede solicitar un mediador civil, y el proceso debe comenzar tan pronto como sea posible.

Procedimiento de la intervención

Todo el procedimiento de la intervención puede ser grabado. En el momento en que ambas partes aceptan la mediación celebran entre 3 y 4 reuniones, que pueden ser conjuntas o no, según lo determine el mediador civil. Por fortuna, si fuera necesario, la ley contempla la participación de profesionales externos, como los asesores fiscales o abogados de las partes.

Resolución de estos asuntos

Para que se resuelva el conflicto, es necesario que ambas partes lleguen a un acuerdo amistoso. Dicho acuerdo tiene que ser redactado en un acta y debe ser vinculante para ambas partes, ya que si alguna de ellas lo incumple, estará infringiendo la Ley de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles

Incumplimiento de la ley

Si alguna de las partes incumple la ley, se pueden tomar medidas legales para hacer cumplir el acuerdo alcanzado.

En qué asuntos se recurre a los mediadores civiles

Algunos ejemplos de situaciones conflictivas en las que es necesario llegar a un acuerdo amistoso, te ayudarán a entender para qué sirve la mediación civil. Así, por ejemplo, conflictos familiares por la herencia de un familiar, conflictos por donaciones o aportaciones, conflictos por accidentes o siniestros de circulación o en bienes asegurados. También para llegar a acuerdos de amistad y convivencia con los vecinos de tu comunidad, o conflictos por negligencia médica. Por fortuna, existe el proceso de mediación civil desde el que se pueden abarcar infinidad de conflictos que pueden solucionarse con un acuerdo entre las partes implicadas.

Cuándo es obligatoria esta intervención

Tras la publicación del Anteproyecto de Ley que modifica la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, la mediación civil es obligatoria en los casos más comunes de origen mercantil y civil. Aunque se publicó en el Boletín Oficial del Estado tres años antes de su entrada en vigor, el Anteproyecto de Ley empezó a ser válido el 4 de noviembre de 2020. Dicho Anteproyecto modificó el principio básico de la voluntariedad de las partes, por la obligatoriedad de ambas, para evitar que se realicen procedimientos judiciales en los casos que se puede llegar a un acuerdo amistoso.

Ventajas que ofrecen los mediadores civiles

Los mediadores civiles en España son personas físicas que se encuentran en pleno ejercicio de sus derechos civiles. Son profesionales habilitados, neutrales e imparciales que dirigen y conducen todo el proceso de la mediación civil. Los mediadores civiles aportan ventajas en la mediación civil. Veamos a continuación cuáles son:

  • Invariabilidad de plazos es una de las principales ventajas que ofrecen los mediadores civiles. Esto se debe a que los plazos son siempre los mismos y el proceso de mediación civil tiene plazos más cortos que un proceso legal tradicional. Por fortuna, es la forma más rápida y eficiente para resolver conflictos entre dos partes.
  • Mayor eficacia en la resolución en comparación con los procesos legales tradicionales, ya que las partes tienen el control sobre el resultado final y pueden llegar a un acuerdo que sea satisfactorio para ambas partes.
  • Mayor grado de cumplimiento de los acuerdos alcanzados en mediación es mayor que en los procesos legales tradicionales, ya que las partes son las que llegan a acuerdo y suelen tener un mayor compromiso con él.
  • Oportunidad de crear un acuerdo no impuesto, es decir, un acuerdo alcanzado de común acuerdo entre las partes, en lugar de depender de una decisión impuesta por un juez o un jurado. Esto garantiza a las partes poder llegar a un acuerdo amistoso y personalizado, que además, puede ser satisfactorio para ambas.

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