Objeto de la mediación

La mediación es un método para la resolución consensuada de conflictos entre dos o más personas con la asistencia de un mediador, que es el profesional imparcial y neutral capacitado para llevar a cabo los procesos de mediación. En principio, cualquier tipo de conflicto puede resolverse con una mediación, siempre que las partes se encuentren en plenas condiciones físicas y mentales para tomar decisiones y estas recaigan sobre cuestiones sobre las que las personas pueden disponer. El proceso de mediación pueden instarlo ambas partes implicadas o una de ellas, pero para iniciarlo deben estar de acuerdo las dos.

¿Para qué sirve la mediación?

El principal objetivo de la mediación es posibilitar a las partes involucradas en cualquier tipo de conflicto (familiar, laboral, empresarial, comunitario, organizacional, educativo, sanitario,…), que puedan por sí mismas alcanzar un acuerdo amistoso, sin necesidad de enfrentarse en un proceso judicial o en un arbitraje, donde la decisión les será impuesta por un tercero, ya sea un juez o un árbitro.

 

El profesional encargado de la mediación es un mediador/a, quien creará el espacio propicio, guiará el proceso en la dirección conveniente y asistirá a las partes en su negociación para que resuelvan el conflicto, por ellas mismas (el mediador es un facilitador que no tomará ninguna decisión sobre los asuntos planteados en mediación, sino que serán las partes quienes decidan cómo resolver su problema) y de mutuo acuerdo.

Cuál es la finalidad de la mediación

El propósito de la mediación, sea cual sea la naturaleza del conflicto, es resolver discrepancias de manera colaborativa para conseguir acuerdos mutuamente aceptables.

Si bien el proceso de mediación requiere la participación de ambas partes, cuando una de ellas no acepta esta vía de solución, puedes contar con las mentorías que ofrecemos en Personas y Soluciones para ayudarte a intergestionar tú mismo el conflicto con la otra persona, aplicando el método y las técnicas de mediación. En Personas y Soluciones hemos llamado a esta mentoría el proceso de Puentes Seguros para una parte y, cuando participan las dos, llevamos a cabo mediaciones propiamente dichas a través también del proceso de Puentes Seguros para ambas partes. En el Procedimiento de Puentes Seguros tanto individual como conjunto aplicamos el planteamiento y la metodología de la mediación para conseguir sus objetivos y resultados.

Resolver conflictos sin juicios

La mediación busca solucionar los conflictos entre dos o más partes de una manera pacífica y no litigiosa. Por ello, mientras se está sustanciando el proceso de mediación, las partes se obligan a no iniciar acciones judiciales. Puede ser que el procedimiento de mediación tenga lugar una vez interpuesta la demanda judicial. En estos casos estaremos ante una “mediación intrajudicial” y se tramitará en los lapsos entre trámites judiciales, sin tener por tanto que supender el proceso judicial, lo que sería muy perjudicial para las partes, caso de que la mediación no finalizara con acuerdo.  

Solventar el problema de forma amistosa

La mediación está enfocada a resolver los conflictos de una manera amistosa, resolviendo el asunto controvertido, pero también preservando la relación interpartes, lo que no ocurre en los juicios, en los que la conflictividad inicial entre los contendientes escala exponencialmente por las propias reglas contenciosas del proceso judicial.

Llegar a un acuerdo entre las partes implicadas

La finalidad principal de la mediación es ayudar a las partes a consensuar acuerdos mutuamente aceptables. El éxito de la mediación es que las partes no dejan de ser las protagonistas de la situación conflictiva, son ellas las que decidirán la solución, sin tener que delegar en terceros. En definitiva, son ellas quienes mejor conocen los antecedentes y su propia trayectoria, los problemas que les afectan, los recursos que tienen para llegar a acuerdos y quienes tendrán que cumplirlos.

Los acuerdos de mediación son acuerdos válidos, mutuamente aceptables para ambas partes. Son válidos porque son aceptados libre y voluntariamente por las partes y son mutuamente aceptables porque son realistas y equilibrados.

Conseguir una flexibilidad en el acuerdo

La mediación es un proceso mucho más flexible que el judicial. En la mediación las partes pueden expresar sus puntos de vista, sus preocupaciones, objeciones, motivaciones y expectativas. Gracias a las preguntas del mediador/a, así como al resto de técnicas de mediación, se genera un espacio seguro y propicio a los acuerdos con los que las partes resolverán el conflicto.

Agilizar el proceso de resolución

​​La mediación es un proceso mucho más rápido y eficiente que los procedimientos judiciales. Debido a su mayor agilidad, el mediador/a podrá diseñar a medida el proceso de mediación más adecuado a la naturaleza del conflicto y a las circunstancias de las partes.

Escuchar ambas versiones de la situación

La mediación comienza con dos versiones diferentes del conflicto que, lógicamente, presentan sus respectivas soluciones, generalmente excluyentes y donde una parte gana y la otra pierde. Durante el proceso de mediación y con la asistencia del mediador/a estas dos versiones individuales se compatibilizarán en una versión compartida, permitiendo que las soluciones para esta nueva versión compartida sean del tipo ganar-ganar, esto es, sean soluciones para ambos y no solo para cada uno de ellos.

Cómo se consigue el objetivo de la mediación

El objetivo de la mediación solo se puede alcanzar a través de los principios de la mediación. Veamos cuáles son:

Voluntariedad y Cooperación

La mediación debe ser aceptada por ambas partes, las cuales podrán abandonar el procedimiento en cualquier momento, pero se obligan a cooperar en la búsqueda de un acuerdo amistoso mientras dure el procedimiento.

Confidencialidad

La confidencialidad implica que la información trabajada en mediación no podrá ser utilizada en juicio. El mediador no podrá tampoco ser llamado ni como testigo ni como perito, caso de no resultar la mediación en acuerdo y tener las partes que resolver su conflicto en un procedimiento judicial.

Imparcialidad

El mediador debe mantenerse imparcial durante todo el proceso de mediación. Esto supone que no podrá tomar partido por ninguna de las partes. Y, de igual modo que la mujer del César no solo debe ser honesta, sino también parecerlo, así ocurre con la imparcialidad del mediador/a. Si cualquiera de las partes llegara a tener dudas sobre su imparcialidad, la mediación estaría herida de muerte y no llegará a buen puerto.  

Neutralidad

El mediador/a debe mantener también una posición neutral respecto de las pretensiones de las partes. Esto significa que no podrá imponer ni hacer prevalecer su escala de valores y preferencias ni sus puntos de vista personales sobre los propios de las partes.

Flexibilidad

Debido a este principio de la mediación y su consiguiente agilidad, el mediador/a podrá diseñar el proceso de la manera más adecuada a la naturaleza del conflicto y al perfil de las partes. A diferencia de la extrema rigidez y formalidad de los procesos judiciales, esta flexibilidad se convierte en un importante factor propiciatorio de acuerdos mutuos.

En Personas y Soluciones nuestros equipos de mediadores podrán informarte de lo que has leido este post y de todo lo demás que se te plantee a propósito de la mediación y sus ventajas para resolver conflictos pacíficamente y de mutuo acuerdo.

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