Como veíamos en el anterior post el DISC es una herramienta muy potente para conocer y prevenir el comportamiento de las personas. La valiosa información que nos proporciona es aplicable a numerosos ámbitos relacionados con el crecimiento personal y organizacional.
Algunas de sus aplicaciones más extendidas son, por ejemplo: la orientación educativa y laboral (mediante el descubrimiento y aprovechamiento precoz de las competencias y habilidades personalísimas de cada persona y las áreas en las que podrá desempeñarlas con éxito); la gestión del talento (mediante la selección de perfiles idóneos para cada puesto, la conformación de equipos de trabajo cohesionados y productivos, la generación de sinergias entre clima, productividad y competitividad,..); el liderazgo (mediante el desarrollo de la visión, motivación, los valores,… que deben guiar una empresa o proyecto); las habilidades de comunicación interpersonal (eligiendo el contenido y la forma más adecuadas en función de los interlocutores y contextos) y, muy relacionada con la comunicación, la prevención, gestión y resolución de conflictos (encuadrando e interpretando las diferentes conductas en su respectivo perfil, evitando personalizaciones peligrosas y dominando las pautas para compatibilizar esas diferencias.
En Personas y Soluciones utilizamos el DISC para profundizar en el conocimiento que las personas tienen de su propio estilo de comunicación y de resolución de conflictos y puedan darse cuenta de a qué tipo de situaciones les conducen en su interacción con los demás: de bloqueos y resistencias o de fluidez y sinergias. ¿Para qué? Para poder seleccionar el estilo de comunicación y de resolución de conflictos más idóneos para conseguir soluciones. Pero para poder elegir, antes debemos saber entre qué, por qué y para qué.
Vayamos por pasos y dediquemos este post a identificar, a partir de una situación concreta, los distintos estilos de comunicación desde la perspectiva del DISC.
Situación: retraso de 30m para presidir una reunión como consecuencia de un accidente en la autovía y en el que por muy poco se ha visto directamente implicado.
W: llega a toda velocidad, con cara de enfado y saludando con pocas ganas. Se dirige directamente a la sala de reunión. Abre la puerta con contundencia y, disculpándose de refilón, no entra en el motivo de su retraso, solo que ha sido debido a razones ajenas a su voluntad. Con voz potente y segura comienza la reunión sin más prolegómenos, advirtiendo que tendrán que ir deprisa y al grano para culminar la reunión con todos los temas previstos a pesar del inoportuno e imprevisto retraso. Conducirá la reunión cortando sin piedad turnos de palabra y explicaciones que tilda de innecesarias o de historias para no dormir que no vienen al caso y la terminará sintiéndose el culmen de la eficiencia, cualesquiera que sean los obstáculos que se le presenten.
X: llega andando y hablando muy rápido, contando con todo tipo de aspavientos y detalles lo que le acaba de pasar. Genera expectación hasta que acapara de todos la atención del momento. Se recompone y bebe agua antes de entrar en la sala de reunión. Cuando llega se sienta como si por fin estuviera a salvo, se disculpa generosamente y, aunque no sea raro que se retrase, esta vez se justifica con pompa por ser una verdadera causa de fuerza mayor. Durante la reunión serán recurrentes las menciones a su incidente y propiciará que los demás cuenten otras experiencias similares. La reunión acabará más tarde de lo previsto sin haber tocado todos los temas, pero consolándose por seguir vivo.
Y: llega aparentemente calmado a la oficina, aunque se encuentra bastante alterado. No mencionando nada de lo ocurrido, se dirige a la sala de reunión, donde con tono amable se disculpa respetuosamente ante los asistentes por el retraso y explica con voz tranquila el motivo. Argumentando que necesita un poco de tiempo para recuperarse del susto, el tiempo que les ha hecho ya perder involuntariamente y que tendrán que reunirse otra vez para terminar los puntos del orden del día, que ya no les va a dar tiempo a tratar, propone posponer la reunión. A tal fin le solicita a cada uno de los asistentes le comuniquen su disponibilidad para celebrarla la semana siguiente.
Z: llega a la sala de reunión y lo primero que hace es mirar el reloj antes de decir con voz baja y desganada: “Bueno, esta reunión comienza 30 minutos 51 segundos tarde porque me he visto involucrado en un accidente de tráfico. Desgraciadamente ha sido grave. El número de dispositivos de la Policía, Tráfico y el Samur era de 5 coches y 10 agentes y, gracias a que han llegado en menos de 5m, se han evitado otros accidentes en cadena. He calculado que ,por haber perdido estos preciosos 30m, no podremos tratar los puntos 3, 5 y 6 del orden del día. No obstante, como tenemos que analizar los resultados del mes corriente, nos reuniremos el próximo miércoles a esta misma hora para finalizar esta reunión y sacar las conclusiones de los resultados del mes. Para optimizar el poco tiempo que tenemos, nos centraremos cada uno en el punto de la agenda del que es responsable, dejando para los últimos 10m los comentarios que tengamos que hacer los demás.
¿Te identificas total o parcialmente con alguno de ellos? ¿En qué? ¿A qué otras personas de tu entorno podrías también reconocer? ¿Te atreverías a identificar cada personaje con un perfil DISC?
Os esperamos en el siguiente post para que podáis contestar vosotros mismos a estas preguntas!