Cuando hablamos de arbitraje comercial es importante entender que no se trata solo de un proceso legal, sino de una alternativa eficaz y flexible para resolver disputas en el ámbito empresarial.
En este artículo vamos a profundizar sobre qué es el arbitraje comercial, cómo funciona y por qué puede ser la mejor opción para tu empresa. Además, te daremos ejemplos prácticos y te explicaremos la diferencia entre arbitraje comercial y arbitraje de inversiones, dos intervenciones que a menudo se confunden.
Así que, si estás buscando una forma eficiente de gestionar posibles disputas, lo que sigue a continuación te interesará.
¿Qué es el arbitraje comercial?
Antes de entrar en detalles sobre cómo se lleva a cabo, vamos a definir qué es el arbitraje comercial. En términos sencillos, se trata de un método alternativo de resolución de conflictos en el que las partes involucradas en una disputa acuerdan someterse a un árbitro o panel de árbitros imparciales, que la resolverán mediante una decisión o laudo arbitral.
El árbitro o los árbitros toman una decisión vinculante que resuelve el conflicto. A diferencia de los tribunales tradicionales, el arbitraje es privado y, por lo general, más rápido y económico.
En el contexto empresarial el arbitraje comercial se utiliza cuando surgen diferencias entre empresas o entre una empresa y un comerciante individual, que no pueden resolver mediante su negociación directa.
Este proceso es muy flexible y se adapta a las necesidades de las partes involucradas, lo que lo hace muy atractivo para empresas que buscan eficiencia y confidencialidad.
Cómo funciona el arbitraje comercial
En primer lugar, es conveniente que las partes involucradas en la disputa acuerden por adelantado que, en caso de conflicto, recurrirán al arbitraje. Esto se establece normalmente mediante una cláusula arbitral en los contratos comerciales, en la que se especifica que cualquier disputa será resuelta por este sistema de resolución, indicando las reglas aplicables, como el lugar, la lengua y el árbitro o el panel de árbitros que intervendrán o la manera en la que éstos serán nombrados.
Si no se ha previsto el arbitraje en el contrato del que deriva el conflicto, las partes podrán igualmente optar de mutuo acuerdo por someterlo a este sistema de resolución en vez de a los tribunales de justicia.
Iniciada la disputa y acordado el arbitraje, las partes iniciarán el procedimiento presentando sus casos al árbitro o árbitros. A diferencia del proceso judicial, el arbitraje es menos formal, lo que permite un enfoque más flexible y ágil. En el arbitraje comercial las decisiones se basan en las evidencias presentadas por ambas partes y los árbitros emiten una resolución vinculante, que tiene la misma fuerza que un fallo judicial.
¿Por qué elegir el arbitraje comercial?
Las ventajas del arbitraje son numerosas y varían según las necesidades de cada empresa. Aquí te dejamos algunas de las principales razones por las que optar por el arbitraje puede ser una buena idea.
Confidencialidad
A diferencia de los juicios, que son públicos, el arbitraje comercial ofrece un entorno privado. Esto significa que los detalles de la disputa no se hacen públicos, lo que resulta fundamental para las empresas que desean proteger su imagen. En un mundo donde la reputación corporativa es clave, la confidencialidad permite que las empresas manejen sus disputas preservando información sensible que pueda perjudicarles.
Así, las partes pueden resolver sus conflictos de forma discreta, sin temor a la exposición mediática o daños a su imagen.
Rapidez
Una de las grandes ventajas del arbitraje comercial es su rapidez. A diferencia de los litigios tradicionales, que suelen extenderse durante años, el arbitraje es un proceso mucho más ágil. Por lo general, las disputas pueden resolverse en cuestión de meses, lo que permite a las empresas seguir con sus actividades sin largos periodos de incertidumbre.
Esta rapidez no solo reduce el impacto negativo de impasses en el día a día de las empresas, sino que también contribuye a disminuir los costes asociados a la espera de una resolución judicial.
Costes reducidos
El arbitraje comercial es una opción sensiblemente más económica que los litigios judiciales. Al ser más rápido y menos formal, los costes asociados a la resolución de disputas se reducen considerablemente. No solo se eliminan los gastos derivados de una dilatada duración del proceso, sino que también se minimizan los honorarios profesionales así como otros gastos legales y generales.
Esta ventaja resulta muy competitiva para las empresas, especialmente para aquellas que buscan soluciones eficientes y económicas para resolver problemas sin mordidas importantes a su presupuesto.
Flexibilidad
Una característica destacada del arbitraje comercial es su flexibilidad. Las partes involucradas tienen la posibilidad de elegir a los árbitros más adecuados para el tipo de disputa, lo que garantiza una resolución basada en un conocimiento especializado del tema en liza.
Este nivel de personalización no está disponible en los tribunales, donde los jueces pueden no tener la experiencia técnica o comercial deseables. Así, el arbitraje permite que se tome una decisión más ajustada a la naturaleza específica del conflicto, optimizando la satisfacción de las partes en el resultado del mismo.
Decisiones vinculantes
En el arbitraje comercial las decisiones tomadas por el árbitro son vinculantes, lo que significa que tienen la misma fuerza que una sentencia judicial. Las partes involucradas en el proceso quedan obligadas por la resolución emitida, lo que proporciona una certeza y seguridad jurídicas que no comparten todos los mecanismos de resolución de disputas.
Esta característica, unida a la especialización de los árbitros y al acuerdo de las partes en su nombramiento favorecen el cumplimiento voluntario de lo resuelto y reduce la posibilidad de recursos e incumplimientos. En definitiva, suele ser una forma más rápida y definitiva de resolver los conflictos comerciales.
Menos formalidades
Una de las principales ventajas del arbitraje comercial frente a los tribunales es la menor formalidad requerida. Aunque existe un conjunto de reglas que rige el proceso, estas son más flexibles y menos estrictas que las que se aplican en los juicios.
Esto permite que el arbitraje sea más accesible y ágil, ya que las partes no tienen que seguir procedimientos tan complicados ni esperar tan largos plazos durante su tramitación. Esto contribuye a una resolución más rápida y menos burocrática.
Diferencia entre arbitraje comercial y arbitraje de inversiones
A menudo, escuchamos hablar del arbitraje comercial y el arbitraje de inversiones, pero ¿cuál es la diferencia entre ambos? Aunque ambos son mecanismos de resolución de conflictos, se aplican en contextos diferentes.
Arbitraje comercial
El arbitraje comercial se utiliza en el ámbito de las relaciones comerciales entre empresas o entre una empresa y un comerciante individual. Este tipo de arbitraje se basa en los acuerdos contractuales y en las leyes comerciales aplicables. En general, las disputas tratadas en el arbitraje comercial están relacionadas con la ejecución de contratos, pagos, calidad de los productos o servicios, etc.
Arbitraje de inversiones
Por otro lado, el arbitraje de inversiones se refiere a los conflictos que surgen entre inversores y Estados. Este tipo de arbitraje tiene como objetivo resolver disputas relacionadas con las inversiones extranjeras, como pueden ser expropiaciones imprevistas o cambios en las políticas que afecten a los derechos de los inversores. En este tipo de arbitraje las partes no son empresas, sino gobiernos e inversores.
Ley de arbitraje comercial en España
En España, la ley de arbitraje comercial regula este proceso y establece las condiciones y normas bajo las cuales se lleva a cabo el arbitraje. La ley establece que cualquier acuerdo que implique arbitraje debe ser claro y detallado para evitar posibles problemas de interpretación en el futuro.
Además, la ley garantiza que el arbitraje, ya sea en derecho o equidad, será imparcial y justo, brindando a todas las partes involucradas la oportunidad de presentar sus argumentos y alegaciones.
¿Es obligatorio el arbitraje comercial?
Una de las preguntas más comunes sobre el arbitraje comercial es si es obligatorio. La respuesta es no. El arbitraje es siempre voluntario, pero se puede acordar previamente en los contratos comerciales.
En otras palabras, si ambas partes acuerdan que, en caso de disputa, se someterán a arbitraje, esta será la única vía para resolver el conflicto, por lo que si alguna de las partes intentara recurrir a los tribunales tradicionales, la otra podría oponerse a ello por razón de la cláusula de arbitraje aplicable.
Ejemplos de arbitraje comercial
Para entender mejor cómo funciona el arbitraje comercial, vamos a ver algunos ejemplos prácticos:
- Contrato de distribución internacional. Una empresa española firma un contrato de distribución con una empresa extranjera. En el contrato se establece que cualquier disputa será resuelta mediante arbitraje. Si surge un conflicto sobre los términos del acuerdo, las dos empresas acudirán a un árbitro para que tome una decisión vinculante.
- Disputa sobre calidad de los productos/servicios contratados. Una empresa de fabricación de calzado tiene un acuerdo con un proveedor de materiales. Si la empresa considera que los materiales entregados no cumplen con los estándares de calidad acordados, puede recurrir al arbitraje para resolver la disputa.
- Litigios entre socios. En una empresa con varios socios, si hay desacuerdos sobre la gestión o distribución de beneficios, se puede acudir al arbitraje para evitar que el conflicto afecte a la operativa y/o continuidad de la empresa.
En resumen, el arbitraje comercial es una herramienta poderosa para resolver disputas en el ámbito empresarial de forma eficiente y confidencial. Si tu empresa está buscando una alternativa al sistema judicial tradicional, el arbitraje puede ser la solución ideal. No solo ofrece confidencialidad, rapidez y flexibilidad, sino que también permite elegir a árbitros expertos en la materia que se discute, garantizando una resolución más satisfactoria y adaptada a vuestras respectivas necesidades.
Si a tu empresa se le presentan conflictos comerciales, puedes contar con nuestros expertos en resolución y mediación de conflictos, para encontrar la solución que mejor se adapte a tu caso. No dudes en contactar con nosotros para más información.