¿En una disputa, te has preguntado cómo debes responder ante el conflicto? Los desencuentros son situaciones cotidianas que pueden surgir en cualquier ambiente: personal, laboral, familiar. La clave para superar estos retos radica en la forma en que se abordan.
Y para ayudarte en esta tarea, en este post vamos a explicarte cómo responder ante un conflicto de la forma más adecuada.
Importancia de saber reaccionar ante un conflicto
Puede que la sola idea de afrontar un problema con otra persona te de pereza y te produzca desasosiego, pero lo cierto es que los conflictos forman parte de la cotidianidad y, antes o después, tendrás que hacerlo. La buena noticia es que el conocimiento y la capacidad para reaccionar ante un conflicto se puede adquirir y entrenar, convirtiéndose así en una habilidad esencial para la vida.
Saber resolver conflictos no solo te permite zanjar diferencias de manera efectiva, sino que también contribuye a mantener relaciones saludables, tanto en tu vida personal como profesional. Por el contrario, el estrés y la tensión aparejados a las discrepancias mal gestionadas pueden ser perjudiciales para tu salud y tu bienestar, por lo que aprender a gestionar estos desafíos es más que conveniente y recomendable.
Posibles formas de actuar ante un conflicto
Al encontrarte inmerso en un desacuerdo, la forma en que elijas responder determinará el curso de la situación.
La respuesta puede variar dependiendo de una multitud de factores, incluyendo tu temperamento, la naturaleza del problema, el interés que tengas en el asunto en cuestión, así como el tipo de relación que tengas con la otra parte y lo que te importe.
Huir del problema
La tentación de evitar el conflicto puede ser poderosa. Puedes llegar a creer que, al huir del problema o evitarlo, éste simplemente desaparecerá. Sin embargo, esta táctica sólo pospone lo inevitable. Los problemas no resueltos tienden a acumularse y pueden llegar a provocar una explosión emocional más adelante.
En definitiva, la evasión puede parecer una solución rápida, pero es solo un parche temporal, que puede causar más daño a largo plazo.
Desatender la situación
Otra táctica que puedes emplear es desatender el conflicto, adoptando una actitud de «no pasa nada». Esta estrategia implica negar o minimizar la importancia del problema, actuar como si no existiera, o restarle importancia.
Al igual que en el caso de la evasión, desatender la situación puede parecer un método efectivo a corto plazo, pero a la larga suele resultar en resentimientos acumulados y problemas más grandes.
Hablar sobre el suceso
Abordar directamente el problema es un enfoque efectivo para resolver conflictos. Esto implica expresar tus pensamientos y sentimientos de manera asertiva, pero respetuosa, al tiempo que permites que los demás hagan lo mismo.
Hablar sobre el suceso puede parecer intimidante, pero a menudo es el camino más recto hacia una solución y, al hacerlo, comprobarás que es más fácil de lo que te parecía en un principio.
Este método requiere voluntad, valentía y una buena comunicación. A cambio garantiza una comprensión profunda del problema y soluciones constructivas y mutuamente satisfactorias.
Persistir en lo sucedido
Persistir en lo sucedido implica aferrarse a tu perspectiva o a tus acciones, negándote a considerar otros puntos de vista o a comprometerte con una solución.
Aunque este enfoque puede parecer que te protege de la vulnerabilidad, en realidad puede alimentar el conflicto y dificultar su resolución. Este enfoque suele ser perjudicial para las relaciones, ya que pone el énfasis en tener la razón en lugar de trabajar juntos para encontrar la mejor solución.
Cuál es la mejor forma de abordar un conflicto
El conflicto puede ser incómodo y desafiante, pero no es intrínsecamente malo. De hecho, cuando se maneja de manera constructiva, puede ser una oportunidad para el crecimiento y el aprendizaje. La clave está en saber cómo abordarlo de manera efectiva.
A continuación te dejamos los pasos que debes seguir para asegurarte de que estás abordando estas discrepancias de la mejor manera posible.
Tómate tu tiempo
Los conflictos suelen despertar emociones intensas y puede ser tentador responder de inmediato. Sin embargo, las respuestas impulsivas rara vez son las más productivas.
Si sientes que no puedes tolerar la situación o que te supera, tómate un momento para calmarte y reflexionar antes de actuar. Este tiempo te permitirá ajustar y manejar tus emociones, reflexionar sobre la situación y elegir conscientemente tus próximos pasos con más claridad.
Descubre el verdadero interés
En lugar de saltar a conclusiones o reaccionar de inmediato, tómate el tiempo para entender realmente la situación. Esto significa identificar, más allá de las propias palabras y peticiones explícitas, qué es lo que realmente está causando el conflicto y descubrir qué es lo que cada parte desea realmente lograr.
Es lo que en el método de La Próxima Puerta llamamos llegar al P-IN de la solución: pasar de las posiciones de las partes a sus verdaderos intereses y necesidades.
Evalúa la importancia del asunto
No todos los conflictos merecen el mismo nivel de atención o respuesta. Algunas discrepancias son menores y no vale la pena gastar energía en ellas. En cambio, sí que debes emplearte a fondo en aquellos problemas que realmente te importan.
Al evaluar la importancia del conflicto, puedes decidir cuánto tiempo y energía vale la pena invertir en su resolución.
Analiza la información recogida
Una vez que hayas reunido toda la información relevante y entendido la naturaleza del conflicto, es hora de analizarla.
Esta etapa implica considerar diferentes perspectivas, sopesar pros y contras y pensar en posibles soluciones.
Al tomar una decisión informada, estarás en una mejor posición para arreglar el conflicto de verdad.
Considera si es necesaria una solución
No todos los desacuerdos requieren una solución explícita. Algunos pueden resolverse con el tiempo o su resolución no depende realmente de las partes implicadas.
Antes de embarcarte en el proceso de resolución de conflictos, considera las ventajas de hacerlo. Esto puede ahorrarte tiempo y estrés innecesario, así como permitirte concentrarte en los problemas que realmente requieren tu atención.
Consejos para elegir cómo responder ante un conflicto
Las respuestas impulsivas, automáticas o emocionales a menudo agravan la situación, mientras que una respuesta reflexiva y meditada conducirá a una resolución más productiva.
Aquí te presentamos algunos consejos para ayudarte a seleccionar la mejor forma de responder ante un conflicto.
Selecciona una respuesta constructiva
La forma en la que respondes puede contribuir a su resolución del conflicto o a su escalada. Una respuesta positiva implica un equilibrio entre ser asertivo y cooperativo.
Evita las respuestas que te posicionan como el «ganador» a costa de los demás. En lugar de ello, intenta encontrar soluciones que beneficien a todas las partes implicadas.
Analiza cómo te sientes
Las emociones juegan un papel importante en la forma en que respondemos a los conflictos. Antes de responder, tómate un momento para identificar y comprender cómo te sientes.
Esto te ayudará a evitar reacciones impulsivas o emocionales que podrían agravar la situación. En lugar de ello, puedes responder de una manera que refleje tus verdaderos sentimientos, pero que también tenga en cuenta las necesidades y los sentimientos de los demás.
Acepta que tus sentimientos son tuyos
Es importante recordar que tus sentimientos son tuyos y solo tú eres responsable de ellos. No puedes controlar cómo se sienten los demás, pero sí puedes controlar cómo reaccionas ante tus propios sentimientos.
Aceptar y manejar tus propias emociones te ayudará a responder ante el conflicto de una manera más constructiva y eficaz.
Controla la respuesta física
El conflicto puede provocar una respuesta física, como un aumento del ritmo cardíaco o la tensión muscular. Al ser consciente de estas respuestas y aprender a controlarlas, puedes evitar reacciones impulsivas y mantenerte tranquilo y centrado.
Técnicas como la respiración profunda o la meditación son muy útiles para mantener la calma en las situaciones conflictivas.
Escucha la versión de la otra persona
Uno de los aspectos más importantes en la resolución de conflictos es escuchar a la otra parte. Esto no solo demuestra respeto, sino que también te ayuda a entender su perspectiva y a ser empático.
Antes de responder, asegúrate de entender completamente el punto de vista de la otra persona. Esto te permitirá responder de una manera que tenga en cuenta sus sentimientos y necesidades.
En este sentido, te recomendamos nuestro artículo sobre la escucha activa para resolver conflictos, en el que te explicamos todo sobre esta técnica.
Hasta aquí este post en el que te hemos explicado cómo responder ante un conflicto. Esperamos que te haya sido útil y puedas aplicar estos consejos con éxito en futuras situaciones de desacuerdos y discrepancias.
Y si tienes alguna duda, no dudes en contactar con nuestro equipo de expertos en mediación y resolución de conflictos.